Hasta hace algunos meses había estado padeciendo una horrible sensación al llegar la noche de los domingos. Una desesperanzante sensación me ahogaba al darme cuenta de que había llegado el fin del descanso de fin de semana. Comenzaba a visualizarme comenzando de nuevo la jornada de 9 horas durante 5 tortuosos días. Quizá comencé a despreciar mi modo de vida. Quizá los continuos problemas y los dramas que se producían, comenzaron a afectarme de manera profunda y comencé a sentir rechazo hacia el trabajo.
Cómo llegar al Domingo con una sonrisa? Cómo desear despertarme el lunes en la mañana si todo lo que se veía venir era estrés, estrés y más estrés?
Ya incluso llegar al viernes era tortuoso. Era como enfilarse hacia una cresta muy alta en la montaña rusa, sabiendo que todo lo que subiera el vagón, lo bajaría a velocidad de vértigo.
Solía tomar mucho entonces. Embrutecerme el viernes o el sábado para despertar tarde, destrozado física y anímicamente el domingo. El efecto del alcohol al ser digerido me provocaba un cóctel de deliciosa afecciones mentales entre las que destacan una tremenda ansiedad y una profunda depresión, mezcladas en abundante desesperanza.
Domingos de mierda.
Llevo un mes y quince días sin beber. Decidí probar mi voluntad. Debo ser capaz de vivir 7 meses sin emborracharme. De no poder, significará que mi voluntad es mierda y que estoy perdido, que soy un caso terminal de estupidez letal.
Decidí tomarme en serio mi vida. Tomar en serio mis deseos, mis sueños y mis proyectos. Sé que si no logro forjar voluntad, no podré soñar. Para qué soñar en algo imposible? Eso son chaquetas mentales y estoy harto de chaquetearmela soñando con utopías.
Llevo algunos Domingos de alegría y descanso y pretendo que así sea de ahora en adelante. No más domingos de mierda.
Qué tuve que hacer? Solamente chingarle duro en todos los aspectos posibles durante la semana. Terminar satisfactoriamente la jornada de lunes a viernes y llegar exhausto. Sabiendo que hice lo mejor en el trabajo, lo mejor con mi familia, lo mejor con mis responsabilidades.
Hay responsabilidades que odio, como tener que contratar contadora para que me declare los impuestos. Pero es mejor tener bien atendido ese aspecto de la vida civil que estar tronándome los dedos por lo que pudiera pasar si no atiendo eso. Además es un incentivo para buscar un mejor trabajo o caminar poco a poco en el proyecto de un negocio propio.
No ha nada más tranquilizante que llegar satisfecho al domingo. Así podré empezar bien otra semana de chinga para que el próximo domingo también sea chévere.
Eddy Micky
No hay comentarios:
Publicar un comentario